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Los sabios entenderán y apoyarán, los demás difícilmente…

¡La lengua europea no puede ser cualquier lengua nacional de algún país miembro del la Unión!

¡Europa no puede identificarse con ninguna lengua nacional!

Ya que una lengua nacional identifica a una nación específica, es definitivamente impensable que todas las naciones miembro de la Unión Europea se identifiquen con alguna de las lenguas nacionales. Eso nunca ocurrió, y nunca ocurrirá. La lengua es sencillamente una expresión de la forma determinada de pensar de cada nación. Incluso la sintaxis de las oraciones y otras realidades son reflejo de esas formas particulares de pensar. Muchos países nunca permitirán la sustitución de la lengua propia por alguna lengua extranjera.

¡La lengua de comunicación europea debe ser fácil y, además, tener raíces europeas en sus palabras!

Ya que las lenguas nacionales se caracterizan por su complejidad, la lengua común debe ser tan fácil y regular, que la mayoría de los habitantes puedan ser capaces de llegar a dominarla.

Tal lengua debe ser construida sobre las bases de la civilización europea, sobre las cuales las naciones evolucionaron históricamente. De esta forma, todas las naciones europeas podrán sentirse identificadas. Desde una perspectiva nacional, esta lengua sería neutral, y aceptable para todos.

Precisamente sobre estos fundamentos está basado el Esperanto.

¡Europa necesita una nueva solución para los problemas lingüísticos!

En Europa no se cuenta con posibilidades de comunicación con las que cuenta, por ejemplo Estados Unidos, donde la lengua de comunicación entre los estados es, al mismo tiempo, la lengua materna. Es en la lengua donde los Estados unidos llevan ventajas sobre otros países, y esto influye positivamente en su eficacia económica. (La mayoría de los estadounidenses no hablan ninguna otra lengua extranjera, y si la hablan, entonces es sólo a un nivel muy bajo. Los británicos, únicos en la Unión Europea, tampoco conocen la enseñanza obligatoria de una lengua extranjera.)

La UE es una organización de Estados independientes que tienen sus propias lenguas nacionales. Las lenguas nacionales de cada país portan su particularidad y cultura nacional. Estas lenguas no pueden ser sustituidas por otras como si fueran un abrigo usado. Sin embargo, si eso ocurriera, aquella nación, como tal, desaparecería.

Definitivamente Europa debe buscar otras soluciones nuevas y eficaces.

Innovación europea: Una fácil comunicación a través de una lengua común, mientras se mantienen íntegras las lenguas nacionales

Con la introducción de la lengua neutral Esperanto, los problemas lingüísticos de la UE serán solucionados eficazmente. Al mismo tiempo, se logrará el acceso de forma masiva a toda clase de información por gran parte de la población, lo que no sería posible si se empleara otra lengua nacional. Los gastos para la introducción del Esperanto serán mucho menores que con el modelo de multilingüísmo propagado por Bruselas. En comparación con el concepto de multilingüísmo, la introducción del Esperanto sería totalmente realizable.

No hay duda de que en caso de que el Esperanto sea aceptado como la lengua de comunicación europea, también podría convertirse en la lengua de comunicación mundial. Eso garantizaría a Europa un acceso nunca alcanzado a nuevos mercados y culturas. La ayuda para países subdesarrollados recibirá una nueva dimensión.